Railroad Tycoon

Los trenecitos, hay gente que tiene "pasión", eso dicen, por los trenes. No me preguntéis por qué, pero algo tendrá el agua cuando la bendicen. ¿Tal vez es que simbolizan una época pasada cuando no había videojuegos y la gente las pasaba realmente canutas para llevar el pan a la mesa? Seguramente. ¿Acaso alguien odia los trenes? Nadie, ¿verdad? Pues ya está, y además pocos de los que han tenido una mala experiencia con un tren han vivido para contarlo, será eso. Pero lo cierto es que no hace ninguna falta sentir nada de esto para engancharse a este magnífico juego de Sid Meier. Y por si a alguien le suena el título y no sabe por qué, efectivamente, éste es el videojuego que inspiró todo el género "tycoon", notablemente el Transport Tycoon al que podemos considerar una excelente versión y expansión de éste.

El juego consiste en montar una compañía de ferrocarriles lo más exitosa posible, empezaremos con una red viaria local y si lo hacemos bien nuestra empresa acabará prestando servicio a todo un continente. Tenemos que construir las vías, túneles y puentes atendiendo a la configuración del terreno, edificar estaciones cerca de las ciudades, minas y fábricas, comprar las máquinas, y programar el recorrido de los trenes. Podemos jugar en distintos escenarios geográficos: Gran Bretaña, el este de los EEUU, el Oeste, y Europa; la versión Deluxe incluye además África y Sudamérica. La geografía natural es constante para cada escenario pero las ciudades cambian aleatoriamente de tamaño y las industrias de lugar para que cada partida tenga que ser única; durante el juego pueden surgir o desaparecer industrias y lo normal es que las ciudades crezcan, a lo cual contribuye nuestro servicio. En definitiva os puedo asegurar que resulta un juego de lo más divertido y adictivo, por lo menos para los que disfruten con este tipo de juegos de simulación.

Además de haber cuatro niveles de dificultad, podemos configurar la partida para simplificar algunos aspectos del juego. Podemos hacer que nunca haya choques de trenes sin necesidad de preocuparnos de colocar semáforos y vías dobles, o que la economía sea simplificada de forma que podamos colocar nuestra mercancía en cualquier estación sin preocuparnos de la demanda. De esta forma los que quieren un juego simple o los que nunca se miran el manual no se darán contra un muro al principio, y los que quieren un reto más complejo o ya han dominado el juego simplificado pueden pasar a los modos avanzados.

Uno de los aspectos más curiosos del juego es el económico. Que quede claro que no es necesario tener ningún conocimiento para jugar una buena partida, es como un juego de estrategia cualquiera, y además todo esto también se puede configurar para no tener que preocuparnos de ello. Pero es más, puede que jugando aprendamos. Cuando nuestra empresa empieza está financiada a partes iguales mediante deuda y acciones. La deuda se puede pagar, renegociar cuando los tipos de interés estén más bajos, o también podemos emitir más deuda para apresurar nuestra expansión. Las acciones por su parte son un verdadero quebradero de cabeza. Empiezan en manos del público, y mientras el público tenga la mayoría de ellas, deberemos conseguir mediante una gestión eficiente que su valor no pare de crecer, porque si baja demasiado los accionistas nos despedirán de nuestro puesto de gestor y se acabará el juego. Pero en seguida aparecerán otras compañías competidoras, y ellas pueden comprar acciones, y si un competidor consigue la mayoría de las acciones de nuestra compañía automáticamente nos veremos en la calle; más de una partida prometedora ha acabado porque una empresa que no vale ni dos duros compra la nuestra endeudándose hasta las cejas. Por otra parte nosotros también podemos comprar acciones de las otras compañías y por tanto hacernos con el control, e incluso podemos comprar acciones de nuestra propia compañía de forma que el resto de accionistas estén en minoría y no nos puedan echar ya nunca jamás. No hay muchos juegos que simulen tan bien el mundo de los negocios, pero de todas formas que nadie se asuste porque como he dicho podemos configurar la partida para que la competencia no pueda comprar nuestras acciones, y en cualquier caso éste es un juego de trenes y son trenes lo que estaremos manejando todo el tiempo.

En la sección de descargas se incluye también el manual del juego y un remake del 93 (también para DOS) al que Microprose tuvo el morro de llamar "Deluxe". Lo cierto es que está bastante mal hecho, responde mal y tiene errores, y aunque es de suponer que la gracia estaría en tener mejores gráficos y a pesar de ocupar cinco veces más espacio en disco que el original, yo no veo diferencia alguna a su favor. La única razón para plantearse jugarlo es que tiene dos nuevos escenarios: África y Sudamérica.

DOSBox mediante, el juego se inicia ejecutando RAILS.BAT, y la versión "Deluxe" con RDX.BAT o sencillamente RRT.EXE si no queremos ver la presentación. Ambas versiones tienen protección de copia y las respuestas están en el manual a partir de la página 151 (130 del PDF), pero aparentemente no hace falta responder bien en la versión original porque está crackeada, no así en la versión "Deluxe" que se ejecutará como una demo si no respondemos correctamente. Como otros juegos antiguos, la versión original nos pregunta al arrancar la configuración de hardware, debéis elegir primero la opción 1 (VGA) y después la 4 (Adlib).

Por cierto hace poco salió un nuevo remake, del propio Sid Meier, con nuevas características y gráficos actuales. Aquí está el sitio oficial: Sid Meier's Railroads. De hecho con ocasión de su lanzamiento 2K Games permite descargarse gratis el juego original (pinchando en "Downloads"). (Tiene incluida una versión ahora antigua de DOSBox y un programa para lanzar el juego en él.)

¡A jugaaar! ^-->